martes, 12 de diciembre de 2017

¿Sábes como fue el nacimiento de Jesús?



UN NACIMIENTO PREDESTINADO




 


Todo así señala. Desde antes de su nacimiento, encontramos una serie de hechos extraños que hablan de una programación. De un plan orquestado por fuerzas superiores para que aquel niño viniese al mundo.

Prueba de ello es la elección de María como madre de Jesús. De acuerdo a los textos apócrifos, que no son tan aceptados oficialmente por la Iglesia Católica, sus padres, Joaquín y Ana, eran estériles. Sin embargo, concibierón a la niña que más tarde quedaría también embarazada bajo circunstancias misteriosas para dar a luz a Jesús.

Desde luego, María o "Miriam", en hebreo, era un ser especial. De acuerdo a diversos estudiosos, desde muy joven tuvo una gran religiosidad y vida mística. Alrededor de los 14 años habría tenido a Jesús, y lejos del concepto de aquella mujer blanca de cabellos rubios y ojos azules, realmente habría sido una mujer del tipo palestino, con cabello negro y tez bronceada.

Y como decíamos, el nacimiento de Jesús se mostraba planeado hasta el más mínimo detalle.

Por ello la aparición de aquel "visitante de luz" a María, identificado como el Arcángel Gabriel, quién le anuncia que está embarazada y hasta le sugiere el nombre del niño: Jesús. Un nombre que, como todos sabemos, significa "salvador" o el que "salva". Es decir, desde antes del nacimiento, la misión de Jesús ya había sido establecida.

Y su nacimiento, como era de esperarse, ocurrió también bajo condiciones extrañas.

Muchos estudiosos coinciden en que este habría ocurrido en una gruta camino a Belén y no en un pesebre a campo abierto, una idea posterior que se acuñó a la fé cristiana. Y aunque los evangelios canónicos no ofrecen mayor detalle del nacimiento, los evangelios apócrifos sí aportan algunas escenas de tan importante momento. Quizá la más resaltante es la descripción de una nube luminosa que se posa sobre la caverna donde se hallaba María. Y la sorpresa de José al ver cómo el tiempo se detenía, al punto de contemplar a las aves en pleno vuelo "estacionadas" en el cielo, como si "algo" o "alguien" hubiese paralizado aquel momento.

Aquellas nubes luminosas, o carros de fuego, se mencionan más de una vez en la Biblia que todos conocemos. Sin duda, hay más de una interpretación. Pero no pocos estudiosos asocian estas apariciones con los vehículos de los ángeles. ¿Eran ellos quienes asstían desde aquella extraña nube el nacimiento de Jesús?.

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