sábado, 13 de enero de 2018

LA NUBE DEL OLVIDO ES LO QUE NOS SEPARA DE DIOS.


LA NUBE DEL OLVIDO ES LO QUE NOS SEPARA DE DIOS.


En la Mística Cristiana podemos encontrar joyas como esta, cuya enseñanza no se aparta un ápice de las legadas por los Grandes Instructores de la Humanidad procedentes de Oriente.
Si alguna vez consigues llegar hasta esta nube y vivir y trabajar en ella como te sugiero, pondrás también una nube de olvido entre tú y todo lo creado, a semejanza de esta nube del no saber que actúa como si se hallara encima de tí, entre tú y Dios.
  
Tendemos a pensar que nos hallamos muy lejos de Dios a causa de la nube del no saber que existe entre nosotros y Él, pero sin duda sería más correcto decir que estamos mucho más lejos de Dios cuando la nube del olvido no media entre nosotros y la totalidad del mundo creado.
Dios puede sin duda ser amado, pero no puede ser pensado.
  
En el caso de que aparezca cualquier pensamiento, dile, vete, y elimínalo por amor a Dios.



Aunque pueda parecerte que el pensamiento es santo y útil para encontrar a Dios al evocar en tu mente muchas ideas maravillosas acerca de la bondad de Dios, y te recuerde su dulzura y amor, su gracia y misericordia, si consigue que lo escuches ya no te pedirá nada más, sino que seguirá parloteando y te llevará a pensar en la pasión de Cristo, pero en realidad nada querrá tanto como que sigas escuchándolo. Entonces tu mente se alejará de vuelta a sus antiguas querencias.
Más el practicante debe abandonar tales ideas y sepultarlas en lo más profundo de la nube del olvido si quiere atravesar alguna vez la nube del no saber que media entre él y Dios.
Eleva tu corazón hacia Dios con amor humilde. Olvida todas las cosas creadas y el propósito con que Él las creó. Déjalas tal como son y no les prestes atención. Odia pensar en todo lo que no sea Dios mismo, de manera que nada ocupe tu mente y voluntad, sino El.
Persevera, pues, hasta que sientas gozo en ella. Es natural que al comienzo no sientas más que una especie de oscuridad sobre tu mente, o si se quiere, una nube del no saber. Te parecerá que no conoces ni sientes nada a excepción de un puro impulso hacia Dios en las profundidades de tu ser. Hagas lo que hagas, esta oscuridad y esta nube, se interpondrán entre ti y tu Dios. Te sentirás frustrado, ya que tu mente será incapaz de captarlo y tu corazón no disfrutará las delicias de su amor.
Pero aprende a permanecer en esa oscuridad. Vuelve a ella tantas veces como puedas, dejando que tu espíritu grite en aquel a quien amas. Pues si en esta vida esperas ver y sentir a Dios tal como es, ha de ser dentro de esta oscuridad y de esta nube. Pero si te esfuerzas en fijar tu amor en él, olvidando todo lo demás - y en esto consiste la obra de contemplación que te insto a que emprendas-, tengo la confianza de que Dios en su bondad te dará una experiencia profunda de sí mismo.
La Nube del No Saber - Texto Místico Inglés
Anónimo del siglo XIV



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